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ANALIZANDO EL SALMO 23:5

Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;

Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando

 

Esta es una declaración llena de fe y de verdad: Dios nos provee de todo lo necesario para nuestro espíritu, para nuestro corazón, y para nuestro cuerpo, no sólo por un tiempo, sino para siempre.

Él te da el mejor alimento que tú necesitas, por eso, la comparación con una mesa bien preparada, pero además, te da lo que tú necesitas, lo cual es importante reflexionar, pues en ocasiones somos como los niños, que rehusan comer lo que mamá les ha preparado con tanto amor y por su bien, pero los pequeños no lo miran así, por lo que se quejan y dicen que no les gusta lo que mamá les ofrece, así nosotros, muchas veces rechazamos lo que Dios nos da.

Imagina entonces que Dios te invita a Su casa y Él es el Anfitrión que te suple alimento y abundancia de vida, por lo tanto tú eres Su invitado, por lo que si estás en Su presencia, en Su casa, no tendrás porque tener temor de tus enemigos. En la antigüedad, en la tierra de la Biblia, entre los pastores nómadas o lo que conocemos como beduinos, los anfitriones debían proteger a sus invitados de todo peligro. Porque la invitación a comer en aquella cultura era mucho más que un mero acto físico para satisfacer el hambre, era una demostración de protección y unidad. Muchas veces, las alianzas y los pactos se celebraban con grandes banquetes, y la falta de hospitalidad, sobre todo, en medio del desierto, colocaría a cualquiera en riesgo de muerte.

Dios mismo, como Pastor Anfitrión, nos ofrece la mejor protección aun cuando estemos en medio de los enemigos o de las circunstancias más peligrosas.

También, en tiempos bíblicos, por motivos de cortesía y honra, a un huésped se le ungía con aceite de oliva que contenía perfumes y se le ofrecía para aun para lavarse. Era refrescante ser ungido con aceite cuando la piel estaba muy seca, ya que perfumar al huésped constituía una muestra de afecto y hospitalidad en aquel entonces. Hoy en día, el Señor Jesús nos da abundancia de vida y derrama sobre nosotros el Espíritu Santo.

Hay un gozo y alegría especial cuando la copa está tan llena que se desborda, pues la vida abundante se encuentra en Cristo, en la relación íntima con Dios. Dios te quiere dar en tal abundancia, que no sólo tengas para ti, sino también para compartir con los demás.

La gratitud y la fe consiste, no en solo el mirar que nada te faltará, sino que además tendrás de sobra, porque la provisión de Dios es tan abundante como la comida, o la bebida ofrecidos a un huésped por un anfitrión generoso.

Así que con toda confianza puedes declarar: Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

 

 

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Reflexión Semanal 28 agosto 2014

ANALIZANDO EL SALMO 23:4

 

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. 

 

La anterior es una de las afirmaciones más contundentes respecto a la fe y que debemos hacer nuestra.

Contrario a lo que afirman algunas modas doctrinales, ser cristiano no nos exente de pasar por momentos difíciles en nuestro caminar diario, lo cual se va confirmando a lo largo de diversos pasajes tanto del AT como del NT, aun en palabras del propio Señor Jesucristo.

 

Esos tiempos de pruebas se convierten, efectivamente en sombras, oscuridad, en los cuales no vemos ningún tipo de luz, en las circunstancias no alcanzamos a vislumbrar esperanza alguna, humanamente no hallamos la solución, el panorama parece triste, depresivo, abrumador, tanto que el salmista lo llama “de muerte” y todos, créeme, todos los seres humanos del mundo, pasamos en alguno o en varios momentos de nuestra vida, por situaciones así.

 

Sin embargo, eso no tiene porque aplastarte, ni derrotarte, pues Jesucristo está contigo, no hay de qué temer, ya que el Señor Todopoderoso tiene cuidado de tu vida, y aun si Él decidiera que en medio de esa situación se terminara tu estancia en la tierra, continúa la vida eterna.

 

La afirmación es de completa seguridad: Tu vara y tu cayado me infunden aliento, estos dos elementos representan la dirección y conducción del Señor en y sobre tu vida, es decir, asegúrate de estar haciendo la voluntad de Dios, sin modificarla a tu antojo, que las decisiones que estás tomando, son instrucciones de Él basadas en Su Palabra, que es la Biblia y no corazonadas tuyas ni de las personas que te rodean.

 

Hoy día veo que mucha gente hace lo que le viene en gana, lo que “siente” en su corazón, y lo atribuye a Dios, aun cuando lo que esté haciendo o decidiendo vaya completamente contra lo que Dios establece.

 

La vara y el cayado representan que Dios tú como oveja te dejas guiar, dirigir, conducir, paso a paso por tu Pastor, y eso querido amigo es lo que te dará aliento aun en medio de las situaciones más complicadas, difíciles o peligrosas que tengas que enfrentar.

 

¿Eres una oveja que se deja pastorear por el Señor o que busca seguir sus propios caminos?

 

 

La creación tiene miles de años de historia y hasta hoy, y hasta donde yo sé, Dios nunca se ha equivocado, así que puedes confiar aunque sea un poco en Él.

 

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ANALIZANDO EL SALMO 23:3(b)

Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. 

 

Cuando reflexionamos sobre las sendas de justicia, encontramos por un lado lo que el sentido común, la lógica y los diccionarios definen como justicia: 

Una virtud humana, el arte de de dar a cada uno lo suyo o lo que merece, en otras palabras, en términos humanos, la justicia se limita a cumplir y respetar el derecho, por un lado, exigiendo los derechos, y por el otro, otorgando los derechos a un individuo.

 

Pero la justicia según Dios, por lo que nos enseña en Su Palabra, es vivir en coherencia con Dios, con Su carácter, y que necesariamente nos lleva a pensar, a sentir, a actuar y a vivir en lo que está opuesto al pecado. 

 

Las sendas de justicia de Dios, son sendas de santidad, sendas de rechazo al pecado, a lo malo, a lo que se opone a Dios. 

 

Significa que hemos de vivir en el orden que las Escrituras establecen y no en el que nuestra opinión nos indica. 

 

Jesús es mi pastor, si yo camino detrás de Él, por donde Él camina, no por un camino que yo mismo establezca o sugiera.

 

Hoy día, está de moda rechazar lo que la Biblia dice, pretextando que es religiosidad.

 

Por amor al nombre del Señor, nos llevará a lo largo de la vida por la santidad.

 

Si tu confiesas que Jesús es tu pastor, debes considerar de qué manera estás viviendo, si por las sendas de justicia de Dios o por tus propios caminos.

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ANALIZANDO EL SALMO 23:3 (a)

Confortará mi alma...

La primera parte de este versículo nos debe hacer reflexionar:

¿Por qué vives preocupado? ¿Por qué te agobian los problemas? ¿Por qué le das vuelta en tu mente a las situaciones que vives en lugar de ir a la presencia de Dios? ¿Por qué los problemas te quitan el sueño?

Hoy día, mucha gente vive en medio del estrés, las presiones, como si estuviéramos en una eterna carrera contra el reloj, es parte de los tiempos y la sociedad en la que nos ha tocado vivir. El profeta Daniel anunció hace miles de años, que llegaría un momento en la historia, en la que andaríamos corriendo de aquí para allá, justo cuando los adelantes científicos ocurrieran, y ese tiempo ya nos alcanzó; pero el verdadero problemas, es que mucha gente vive como víctima de eso, enfermándose de todo tipo de enfermedades: cardiacas, gástricas, migrañas, y un sinfín de problemas más, aun entre cristianos, por no aplicar en nosotros lo que Dios nos dice.

En este versículo encontramos una de las mayores promesas nuestra vida diaria, de parte de Dios. Nos conforta. 

Confortar significa que Dios te quiere dar ánimos, apoyarte en lo que se requiera de tu vida y consolarte para que seas una persona fuerte, ya sea que estés atravesando situaciones tristes o adversas. Dios anhela renovar tus fuerzas y tu vigor cuando te encuentras cansado o débil. 

El Señor desea ministrarte con vigor y renovar tus fuerzas tanto en tu espíritu, como en tu alma y en cuerpo.

Así que si Dios está dispuesto a confortarte, recíbelo. 

 

 

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ANALIZANDO EL SALMO 23:2

En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Dos elementos esenciales en la vida de todo cristiano, pero que curiosamente pocos recurren a ellos como debe ser:

Los delicados pastos se refiere a la Palabra de Dios, que en todo momento te habla, te consuela, te ministra, te dirige y resuelve tus conflictos al aplicarla en tu caminar diario. 

Cada día Dios te invita, cual ovejas en los verdes pastos, que se alimentan y descansan, para que tú te tomes un tiempo en leer y meditar Su Palabra, es decir, que en lugar de pensar en tus problemas, pienses en Su Palabra y en como ponerla en practica, contrario a lo que en muchas ocasiones hacemos, buscando pretextos o justificaciones para no aplicarla. 

Tómate un tiempo diario para postrarte ante tu Dios y escucharlo hablar, y cuando Él te hable, por favor, no le discutas, ni le presentes tus argumentos, mejor medita en lo que Él te dice en la Biblia y simplemente hazlo, pues ello te hará descansar.

Por otro lado, las aguas de reposo señalan hacia la comunión con el Espíritu Santo, en la cual, cada día hallarás una ministración directa y poderosa en todas las áreas que comprenden tu ser, pues lo mismo refrescará tu espíritu, como te infundirá nuevos ánimos para emprender los retos que tengas enfrente de ti, y de la misma forma te dará fuerzas como de búfalo, pues una hora en Su presencia te dará más reposo que 8 horas de sueño, y Su unción te dará visión y creatividad en todo lo que emprendas.

 

Este versículo es hermoso, fácil de memorizar, pero mejor para vivir.

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