Reflexión Semanal 16 de Junio de 2016
DIOS NO QUIERE LA MUERTE, SINO UN CAMBIO.
Lo ocurrido el domingo por la madrugada en Orlando, es una muestra del odio e intolerancia, mismo que la Iglesia Cristiana no compartimos, pues la solución a los problemas de la humanidad no es la muerte, no es la condenación, ni el exterminio, sino el mensaje del Amor de Dios a través de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Esto lo expresa en Su Palabra en Ezequiel 33:11 cuando dice: Tan cierto como que Yo vivo, dice el Señor Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Sólo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. ¡Arrepiéntanse! ¡Apártense de su maldad! ¿Por qué habrían de morir?
Lo cual aplica en todos los términos y sentidos del pecado:
Entendamos que en toda la historia de la humanidad, no ha habido ni una sola persona que haya sido justa y merecedora de entrar al cielo por sus propios méritos, por esta razón es que Jesucristo vino a la tierra para enseñarnos a vivir y por Su muerte en la cruz, darnos la oportunidad del arrepentimiento, y entonces tengamos el perdón de nuestros pecados y comencemos con una nueva forma de vida.
La Iglesia debemos predicar el mensaje del amor de Dios el cual consiste precisamente en eso, en la oportunidad que Él nos da de cambiar.
La Biblia también señala en 1 Corintios 6:9-11: ¿No se dan cuenta de que los que hacen lo malo no heredarán el reino de Dios? No se engañen a sí mismos. Los que se entregan al pecado sexual o rinden culto a ídolos o cometen adulterio o son prostitutos o practican la homosexualidad o son ladrones o avaros o borrachos o insultan o estafan a la gente: ninguno de ésos heredará el reino de Dios. Algunos de ustedes antes eran así; pero fueron limpiados; fueron hechos santos; fueron hechos justos ante Dios al invocar el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. (note que para Dios todos los pecados son iguales).
También en Efesios 5:5 dice Pueden estar seguros de que ninguna persona inmoral, impura o avara heredará el reino de Cristo y de Dios.
Apocalipsis 21:8 refiere que los cobardes, los incrédulos, los corruptos, los asesinos, los que cometen inmoralidades sexuales, los que practican la brujería, los que rinden culto a ídolos y todos los mentirosos, tendrán su destino en el lago de fuego que arde con azufre. Ésta es la segunda muerte.
Y por último cito Apocalipsis 22:14-15 Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida. Fuera de la ciudad están los perros: los que practican la brujería, los que cometen inmoralidades sexuales, los asesinos, los que rinden culto a ídolos, y todos los que les encanta vivir una mentira.
Está claro que por esta razón en la que TODOS los pecados son del repudio de Dios, no importa como se llamen o como se clasifiquen, y es por esta razón que la Iglesia Cristiana presenta su postura ante las iniciativas de ley que pretenden legalizar o calificar como bueno o normal lo que para Dios no lo es, pero al mismo tiempo, TODOS los pecados son perdonables por Él por la obra de Cristo, y que TODOS los que nos arrepentimos de nuestros pecados y que TODOS los que buscan tener un cambio en su estilo de vida tendrán acceso a la Vida Eterna o Reino de Dios o al Cielo.
Dios es Justo y Misericordioso, pudo ser Justo y enviarnos a todos al infierno pero no hubiera manifestado Su misericordia o bien pudo haber sido Misericordioso y permitir que todos entráramos al cielo sin importar nuestro estilo de vida y sin necesidad de arrepentimiento ni de cambio alguno de nuestra parte, pero entonces no hubiese sido Justo. Pero precisamente por esta razón es que Jesucristo tuvo que morir por la humanidad.
Quiero terminar haciendo énfasis en el llamado y deseo de Dios, que seamos lavados y limpiados para poder entrar al cielo, pero de seguro te preguntarás ¿Dónde queda entonces Su amor? Precisamente en el punto de que por haber hecho nosotros lo malo, Cristo nos ofrece el perdón para comenzar una nueva forma de vivir.
No importa cual sea tu pecado, Él te ofrece Su perdón. ¿Lo aceptas?
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