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Gracias COICOM

GRACIAS COICOM Hemos terminado uno de los eventos más grandes que hemos llegado a tener en el Centro Cristiano Calacoaya, ya que a lo largo de prácticamente una semana, recibimos hermanos en Cristo de 27 naciones del planeta, incluido casi todo el continente americano, además de Alemania, Finlandia, Corea y la India, lo cual nos permitió servir al Cuerpo de Cristo de una manera muy especial. Comenzamos con una Consulta Nacional de la Iglesia, que nos impulsó a trazarnos metas como Cuerpo de Cristo en unidad para los próximos años. Tuvimos la enorme bendición de contar con ministerios que derramaron bendición de parte de Dios sobre los asistentes al evento, al equiparnos con cursos profesionales en todas las áreas de la Iglesia, desde la consejería, el evangelismo, la alabanza y el discipulado hasta cuestiones técnicas como lo son la radio, la televisión, el cine digital y todo lo relacionado con los medios. Fuimos retados a través de talleres que apuntaron enormes necesidades en nuestro país y en el continente, en los que urge que la Iglesia intervenga, como lo son la trata de personas, la esclavitud, la atención a la niñez y a los más necesitados. Recibimos inspiración para desarrollar nuestro trabajo por medio de las plenarias y el trabajo que otros realizan en diferentes lugares del mundo con estrategias que solamente el Espíritu Santo podría inspirar como las que nos compartió Satish Kumar, pastor de una congregación con más de 150,000 en Hyderabad, India. Recibir en una misma semana a pastores y ministros de la talla de los que vinieron a COICOM, compartiendo en un mismo lugar, fue sin lugar a dudas, un regalo que Dios nos dio y no tiene comparación. Como pastor, puedo afirmar que Calacoaya es grande, no solo por el número de congregantes y servidores, ni tampoco por el tamaño de su santuario o de sus instalaciones, sino por el corazón de su gente, por su compromiso para con Dios, por su capacidad de servicio y de organización, por su hospitalidad y por su forma de darse a sí misma a la gente a la que sirve. Quiero, desde este lugar, dar un reconocimiento a todos y cada uno de mis hermanos que se involucraron en espíritu, alma y cuerpo y aun a costa de sus recursos, pidiendo permisos en sus trabajos o haciendo a un lado actividades personales para atender COICOM mucho antes de iniciar y más allá de que terminaban las actividades. De manera muy especial agradezco a Dios por los intercesores que como guerreros valientes, montaron guardia continua durante todo el evento, sabedores que si Dios no edifica la casa, en vano trabajan lo edificadores; orando por cada taller, por cada curso, por cada conferencista, por cada servidor, por cada asistente, por cada estado de la república y por cada país representado en COICOM. Nuestra oración es que Dios derrame gracia y bendición en la vida de cada uno de los organizadores, de los servidores, de los conferencistas y de los participantes y sus congregaciones; que COICOM México - Calacoaya 2016, dé fruto al ciento por uno alcanzando a miles más para Cristo y generemos una transformación de la sociedad en la cual vivimos. Pero sobre todo, gracias a Dios por Su misericordia y favor con la que nos bendijo durante estos días.
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